BARCELONA // Ante un auditorio de
centenares de personas, Teresa Forcades, médico, teóloga y monja de
Montserrat, hizo ayer una defensa férrea de la sanidad pública y realizó
un llamamiento a “tomar conciencia” de los peligros de “mezclar
medicina y negocio”. El acto, convocado por Revolta Global Esquerra
Anticapitalista bajo el título “el negocio de la sanidad”, también contó
con la presencia de la escritora y activista Esther Vivas, y de los
editores de la revista Cafè amb Llet, Albano Dante y Marta Sibina. Estos
últimos, destaparon hace unos meses varios casos de presunta corrupción
en la gestión de la sanidad pública catalana.
Centenares de personas ya hacían cola una hora antes del inicio de la
charla, que finalmente tuvo que realizarse en plena calle ante la
imposibilidad de que cupieran en la sala de actos de las Cotxeres de
Sants. “Se nos ha intentado vender la falacia de que la sanidad privada
es de más calidad que la pública”, comenzó Forcades su intervención. La
religiosa citó el último ránking de salud elaborado por la Organización
Mundial de la Salud (OMS) en el año 2000, según el cual la sanidad
española –eminentemente pública- se situaba en séptimo lugar, y lejos
quedaba el modelo mixto público-privado de Alemania (25º) y el
totalmente privado de EEUU (37º). También explicó cómo a partir del 2000
empezó a entrar capital privado en la OMS y el ranking dejó de
elaborarse.
Forcades centró su intervención en exponer las tremendas
desigualdades de la cobertura sanitaria a nivel mundial, en el que el
90% de los recursos sanitarios se invierten en enfermedades que afectan
sólo al 10% de la población. Así, relató que mientras la investigación
de enfermedades como la malaria, la tuberculosis o el chagas -que matan
cada año a millones de personas- casi no reciben recursos. Las empresas
se centran en investigar la impotencia masculina, la obesidad o el
insomnio. “Dejar en manos privadas la gestión sanitaria lleva a
sinsentidos como éste, en el que sólo se invierte en aquello que genera
negocio”, aseguró.
La religiosa se refirió también a los presuntos casos de corrupción
en la sanidad pública catalana, que iba a investigar una comisión en el
Parlament que ha quedado disuelta con la convocatoria de elecciones:
“Debemos exigir a todos los partidos que se presenten a las elecciones
que se comprometan públicamente a reabrir la comisión. Si se llegase
hasta el fondo de los casos de fraude que ha habido en Cataluña no sólo
no habría que seguir haciendo recortes, sino que se podría volver atrás y
reabrir quirófanos y centros de salud”.
El director de la revista Cafè amb llet, Albano Dante, había relatado
minutos antes la investigación que llevaron a cabo y que permitió
destapar presuntos casos de corrupción en los hospitales de Blanes y
Calella. Para Dante, el principal problema de la sanidad catalana es que
más de la mitad de la actividad corresponde a centros concertados, cuyo
gasto escapa incluso a la supervisión del propio Parlament. “El sistema
está creado expresamente para fomentar y encubrir el sistema de
fraude”, denunció Dante. “El problema de la sanidad pública es que no es
suficientemente pública, porque la han convertido en una gestión
opaca”.
“Cuando empezamos todo esto, en el hospital de Blanes ya habían
despedido a trabajadores y reducido sus salarios. Vimos, sin embargo,
que se estaba construyendo una nueva cafetería. Al preguntar nos dijeron
que era un compromiso ya adquirido. O sea, ¿se pueden romper los
compromisos firmados con los trabajadores pero no con la empresa de la
cafetería?”. La cafetería a la que se refería pertenecía al Grupo Serhs,
propiedad de Ramón Bagó, un alto directivo de la sanidad y exalto cargo
del Govern de Pujol.
Posteriormente conocieron que Bagó había utilizado su cargo para
adjudicarse, sin concurso previo, el suministro alimentario de varios
hospitales, por un contrato de 50 millones de euros. El de Bagó es uno
de los múltiples casos que investiga la Justicia, que el pasado lunes
imputó al expresidente del Institut Català de la Salut, Josep Prat, y al
exdirector del Catsalut, Carles Manté, por presuntos pagos irregulares
de más de un millón de euros. “Se ha producido una gran estafa a los
ciudadanos llevada a cabo de manera sistemática”, denunció Dante.
Las intervenciones de los ponentes se siguieron con gran entusiasmo
-en repetidas ocasiones con aplausos- por parte de la audiencia que
abarrotaba la plaza Bonet i Muixí de Sants, la mayor parte de ella
personas mayores. “La primera medida que habría que tomar es la
recentralización de la gestión de la sanidad a la Generalitat. Si la
Generalitat paga la factura debe ser quien controle en qué se gasta el
dinero”, defendió Marta Sibina. Y añadió: “Los que se oponen a ello son
los que están creando un sistema de monopolio privado”.
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